El retrato es para mi una de las disciplinas fotográficas más difíciles de ejecutar con éxito. Es un reto conseguir que el modelo no “pose” para el fotógrafo. Se trata de establecer con el modelo una conexión fluida y un grado de confianza tal, que me permita retratar su auténtico yo y esto es realmente difícil, pues ante la cámara casi todos queremos proyectar una imagen de nosotros mismos , que la mayoría de las veces no se corresponde con nuestra verdadera personalidad.
Por eso prefiero el retrato ambientado al retrato de estudio, y me gusta fotografiar al modelo en su entorno, para que se sienta más cómodo. En su casa rodeado de sus muebles y objetos personales, que también nos hablan de su personalidad, en su lugar de trabajo o de ocio habitual, practicando alguna de sus aficiones o deportes favoritos, pero siempre de manera natural y relajada, esperando esos momentos en que todos bajamos la guardia y nos mostramos tal cual somos en nuestra más pura esencia. Mis referentes en este ámbito son dos grandes de la fotografía Irving Penn y Richard Avedon, y mi maestro en este y en otros muchos aspectos de la fotografía es Jorge Represa en cuya escuela de La Recámara he descubierto a un montón de grandes fotógrafos y una forma de entender la fotografía , que me ha hecho crecer tanto a nivel fotográfico como a nivel personal.