Una novia, unos zapatos y un ratón

 

Cuando llegué a la habitación de Natalia en una soleada mañana de verano esto fue lo que me encontré:

 

Una novia recién maquillada y peinada por las estilistas de Salón Victoria y Stellar Make Up, unas preciosas sandalias de terciopelo verde y un ratón con dos coletas terminando su desayuno, mientras nos alegraba el día con su divertida cháchara.

 

Una novia, unos zapatos y un ratón. El Reportaje fotográfico

 

Comencé mi reportaje fotografiando los preparativos de la novia en el Gran Hotel Sardinero mientras se vestía con un modelo de Paredero Quirós, diseño de escote caja y manga francesa en crep de seda, y se calzaba las sandalias verdes de Flor de Asoka.

 

Un ramo de peonías blancas de Rebolledo Floristas, para completar el estilismo de Natalia, que supo combinar elegancia, sencillez y comodidad para el día de su boda.

 

Mientras tanto mi asistente Ignacio se encargaba de fotografiar al novio y sus allegados que comenzaban el día brindando con cava por la felicidad de los novios.

 

Puntualmente, salimos para el Palacio de la Magdalena, donde tras una breve ceremonia civil, continuamos nuestro reportaje con las fotos de los recién casados en el salón de la Reina, antes de salir de nuevo al exterior donde ya nos esperaban todos sus invitados para hacer las fotos de grupo en la escalinata sur del palacio.

 

Afortunadamente, el fuerte sol de mediodía y el viento del nordeste no impidieron que realizáramos la sesión de pareja en el entorno, ya despejado de turistas a esas horas.

 

El Volkswagen escarabajo color beige de Bruma y Salitre que esperaba a los novios para llevarlos hasta el Gran Casino, también nos dio mucho juego.

 

En este coche tan chulo llegaron los novios al Sardinero para hacer su entrada y el brindis de recepción en la terraza donde tuvo lugar el cocktail. Mientras, los invitados venidos desde Alicante, comentaban la belleza de las vistas del mar Cantábrico y lo fresquito que se estaba en Cantabria y comenzó la actuación en directo del grupo LUYNV (La última y nos vamos), mejor rollo imposible.

 

La guinda la puso David, micrófono en mano emulando a su admirado Julio Iglesias, como un verdadero artista.

 

Luego el banquete, las flores, los regalos y por fin el baile, con unos novios entregados que sorprendieron a todos con una coreografía perfectamente ejecutada al más puro estilo Sinatra.

 

Y allí les dejamos, bailando y disfrutando de una tarde espectacular de la que nos ha quedado, además, de un montón de fotografías, el buen sabor de boca de las torrijas del maestro pastelero del Gran Casino (las mejores que he probado en mi vida) y el excelente trato y profesionalidad de todo el equipo, que hicieron que todo rodara a la perfección.

 

Gracias a todos los que participaron en esta boda tan bonita y especialmente a Natalia y David por hacer tan fácil nuestro trabajo.

 

Lucía e Ignacio