Retrato de familia

Aquella tarde en el parque

 

Llevaba tiempo buscando un hueco en mi agenda para quedar con Fernando y Carol y realizar con ellos y sus niños un reportaje de familia, pero con todo el lío de las comuniones no había podido encontrar el momento adecuado hasta ahora y por fin la semana pasada miré el parte del tiempo, vi que el pronóstico era bueno y los llamé para quedar en mi “particular” estudio al aire libre, el Parque de Mataleñas en Santander. El sitio de mi recreo y mi lugar preferido para trabajar cuando tengo que fotografiar niños. Es un parque precioso y poco concurrido, el entorno perfecto para retratar a los más pequeños mientras juegan y disfrutan en cualquier rincón de sus jardines. Utilizando el parque como estudio natural evito la tortura que supone para la mayoría de los niños someterlos a una larga sesión fotográfica encerrados en un estudio y bajo la continua presión de los flashes.

Cuando tengo que realizar un reportaje de familia prefiero citarlos en el parque o en su casa, en cualquier lugar donde se encuentren a gusto y posen relajados para mi cámara. Este lugar me ofrece los mejores fondos imaginables y los más variados, sus muros y escaleras de piedra, los caminos, macizos de flores, setos, árboles y rosaledas, o los fondos de mar y playa dando un breve paseo hasta la playa de Molinucos. Así la sesión fotográfica fluye de manera relajada, disfrutan los niños y los padres viéndoles disfrutar. Yo, por mi parte, obtengo mis mejores fotos registrando esos momentos de divertimento que comparto con ellos para poder ofrecerles un reportaje familiar entrañable, que les pueda recordar siempre aquella tarde en el parque, cuando Fernando y Pablo eran pequeños y lo pasaban en grande jugando y corriendo por los jardines, mientras contaban historias de piratas o daban de comer hierba a los patos y se iban encantados para casa con una pelota de golf que habían encontrado por el camino.

Ojalá todas las tardes fueran como esta, que todos los niños pudieran disfrutarlas así y yo pudiera fotografiar esos momentos deteniendo el tiempo para el recuerdo; esa es la magia de la fotografía y por eso me gusta tanto mi trabajo.

Gracias Carol y Fernando por compartir esa tarde en familia conmigo ,espero que os gusten mis fotos y que cuando Pablo y Fernando crezcan les siga gustando recordar con estas imágenes, aquellas buenas sensaciones.


Lucía Laínz

 


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