Hay días en que una se alegra de estar viva, días en los que todo nos sale a pedir de boca. El sábado pasado fue uno de esos días. Amaneció soleado, había quedado con una familia de Madrid para realizar un reportaje en la Hostería de Castañeda. Tenía que retratar a los hermanos Cristina y Jacobo, pues Cristina celebrará su Primera Comunión en Castañeda a finales de abril y querían unas fotos de familia.
Llegué puntual a nuestra cita y me encontré con dos niños muy guapos que rápidamente se vistieron para la sesión. Cristina estaba ideal , con un sencillo vestido de comunión de Teresa y Leticia, y una corona de flores, y Jacobo con bermudas, blazer y corbata, hecho un auténtico gentleman.
Parecían encantados de posar para mi cámara y me los llevé a dar una vuelta por los jardines de la Hostería. Todo fluía con naturalidad, Cristina posaba genial y Jacobo me ayudaba en todo lo que le pedía, daba gusto retratar a dos niños tan guapos en un entorno tan bonito. Nos colamos en las cuadras, les retraté con los perros y los caballos de la finca. La luz era perfecta. Les fotografíe paseando por el camino que bordea la propiedad, aprovechando los contraluces y paseando con sus padres.
Luego realizamos algunas fotografías más de Cristina en el portal de la casa, y con sus padres en el porche de la hostería. Todo resultó perfecto y me despedí de ellos, aún sin haber visto las fotos, contenta y feliz, porque sabía que me llevaba un buen reportaje fotográfico. La magia de aquella tarde auguraba que así sería.
Este es el resultado de mi trabajo que espero disfrutéis al menos tanto como yo disfruté realizando estas fotografías en compañía de Jacobo y Cristina, dos niños encantadores y dos modelos de
excepción. Ojala todas las tardes fueran como esta...
Lucía Laínz
Santander
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